viernes, 29 de abril de 2011

Periodismo deportivo


Querido Richard:

¿Tú sabes en qué momento se convirtió un Real Madrid-Barça en un clásico? A mí me cuesta un poco entender esta jerga periodística. Hasta ahora, yo pensaba que un Barça-Madrid era un derbi (según el diccionario de la Real Academia Española, un "encuentro, generalmente futbolístico, entre dos equipos cuyos seguidores mantienen permanente rivalidad"), aunque hubo épocas en que también se le denominaba "partido del año" e incluso "partido del siglo". Pero, tal vez debido a los últimos cambios gramaticales, vete tú a saber, ahora resulta que el partido en cuestión es un clásico. He acudido al diccionario en busca de una definición apropiada, pero por más vueltas que le he dado no he quedado satisfecho. Habrá que dar por sentado que si toda la prensa deportiva ha acuñado este término será por algo.

Ya sabes que no es la primera vez que sucede algo así. Hubo un tiempo en que a la selección española de fútbol no se la conocía como "la roja", pero cuando alguien tuvo la brillante idea de llamarla así cientos de periodistas le secundaron. Y si la selección española era "la roja", la sub-21 no podía ser otra cosa que "la rojita". ¿Se atreverá alguien a llamar a los campeones del mundo "los rojos"?

No creas, amigo Richard, que estoy insinuando cierta falta de nivel en nuestra prensa deportiva. ¡Líbreme Dios! La falta de personalidad propia no está reñida con la creatividad. Tenemos unos periodistas inventivos, que crean un léxico propio que tarde o temprano todos empleamos. Fíjate por ejemplo en el término "pivote", utilizado desde antaño en deportes como el baloncesto o el balonmano. ¿Cuánto tiempo nos han tenido a los futboleros engañados con los mediocentros? ¿Quién quiere un mediocentro pudiendo tener un pivote? Mejor aún si es un doble pivote. Y el "trivote", ¿qué me dices del "trivote"? ¡Qué gran invento el "trivote"!

Pero resulta que, aparte de la creatividad, lo que diferencia a la prensa deportiva española del resto es la rigurosidad. Porque si al nivel de los periodistas profesionales añadimos la sabiduría que aportan los colaboradores habituales en espacios deportivos (Kiko Narváez, Julio Salinas, José Antonio Camacho, Andújar Oliver...), no hay quien nos supere. No es de extrañar que cuando se trata de predecir el resultado de un partido no tengamos rival, pero si necesitamos recurrir a analistas mejor preparados también demostramos humildad para hacerlo. ¿Te acuerdas del pulpo Paul?

martes, 26 de abril de 2011

presento mi candidatura

Estimado Kunin,

Otra cosa muy divertida que nos dejó el mes de marzo fue el escándalo con los eurodiputados. Aunque sin duda conoces los detalles, iba a repasarlos, pero he visto que están muy bien explicados aquí.

Habida cuenta de tus contactos políticos, mi valorado Kunin, quisiera aprovechar para anunciar mi disponibilidad para ser elegible como eurodiputado por cualquier partido político, que a estas alturas, sabemos que vienen a ser todos lo mismo.

Además, honrado Kunin, no quisiera ponerte en el compromiso de tener que presentarme ante las autoridades de los partidos sin más aval que nuestra amistad, cuando puedo enfatizar que cumplo sobradamente con las cualidades necesarias para ser un eurodiputado, como enumeraré a continuación:
-No tengo reparos en votar a lo que diga mi partido, independientemente de mi opinión personal.
-Fichar por la mañana como si fuera a trabajar, para luego coger un avión a mi casa, no me parece mal, sino que me sentaría estupendamente.
-Mi nivel de inglés es sin duda mucho más alto que el de la mayoría de eurodiputados españoles, que no les llega ni para entender una oferta de soborno.
-Entiendo perfectamente como parte de mi función el reunirme con "lobbies" o grupos de presión, así como adaptar mi trabajo a lo que propongan según varios criterios: si a mi partido le parece bien, si me ofrecen una cuantía económica suficiente, si me dan un cargo importante en una empresa privada, o si la portavoz del "lobby" está de buen ver y el "lobby" al que pertenece es liberal...
-Me encanta viajar en avión, particularmente en "business class".
-Y encima, que es lo mejor, no soy un incómodo "ex-alto cargo venido a menos" con el que ya no se sabe qué hacer. Mi imagen fresca y juvenil contrastará con esa cara de amargado que caracteriza a Almunia, a Mayor Oreja, o no digamos a Vidal-Quadras. A diferencia de todos ellos, yo me comprometo a ejercer mi labor con una sonrisa en la boca, como si realmente lo estuviera disfrutando.

Y es que lo disfrutaría...

lunes, 25 de abril de 2011

Crisis informativa

Estimado Kunin, confuso estoy.

El pasado mes de marzo fue de aúpa, informativamente hablando. Hubo dos sucesos de postín: el terremoto-maremoto-godzilloto nuclear de Japón, y el inicio de la crisis en los países árabes, que culminó en la autorización de la ONU para intervenir en Libia, una autorización sin precedentes conocidos por mí por varias razones, y cuyos términos son los de "haced lo que os dé la gana, mientras no pongáis un pie en Libia".

Y me dirás: bueno, sí, sucesos todos ellos relevantes, pero la actualidad tiene sus vaivenes. Así es, pero es que más allá de los acontecimientos como tales, algo distinto ha ocurrido esta vez. Lo que quiero preguntarte, amigo Kunin, es ¿cómo conociste estos eventos y cómo te informaste posteriormente sobre ellos?

En mi caso, apenas hacía una o dos semanas desde que me había dado de alta en twitter, y comprobando mi cuenta estaba, cuando aparecieron los primeros mensajes y vídeos sobre la tragedia nipona. Ese día esperé pacientemente hasta que pude llegar a casa y sentarme frente a los informativos, para poder espeluznarme ante los vídeos de la catástrofe.

Te diré, Kunin, que esto no era algo nuevo: ya en 2004, en los atentados del 11M, descubrí la noticia por medios distintos de los tradicionales, y después la seguí por televisión. En este caso, la diferencia se produjo en los días siguientes.

En los días siguientes, las principales cadenas de televisión desplegaron enviados especiales a Japón, y al parecer, todos llevaban la misma consigna: traed carnaza. Y asistimos a algo insólito: mientras que las noticias y los magazines de actualidad nos hablaban de terror, de escasez y de apagones, los españoles residentes en Japón, a través de sus blogs, su facebook, su twitter, comentaban (y documentaban) cómo la gente hacía una vida perfectamente normal, sin desabastecimientos en las tiendas, y con apagones razonables, soportables y de los que se informaba con antelación.

Impactado quedé ante esta disparidad, apreciado Kunin. Los días posteriores, los medios suavizaron su descripción de la situación, pero en las crónicas que llegaban seguían faltando imágenes de la gente, entrevistas con autoridades civiles, conversaciones con españoles, y sobre todo una ausencia: cuál era la situación nuclear. Una pregunta quedaba tras cada crónica: ¿me la están dando con queso? ¿y cuántas veces más me la han dado antes?

La crisis libia llegó poco después, con una ventaja desde el punto informativo: Libia está mucho más cerca. Así, ya no había por qué enviar a becarios (no me digas que el que envió Punto Radio ha terminado la carrera), ni a condenados al destierro (sí, lo digo por Almudena Ariza, no sé qué habrá hecho en su vida anterior pero parece que no la dejen volver), ahora se podía enviar a periodistas "normales".

Y aquí llegó la gran contradicción: en general los periodistas enviados fueron mujeres que iban a la frontera con Túnez. Admirado Kunin, tal vez me acuses de machista o de misógino, pero he de decir que enviar una periodista a un país árabe a hacer labor de investigación no me ofrece ningún tipo de garantía. Es como si la guardia civil quisiera infiltrar en ETA a un andaluz bajito y con bigote: en el caso de que siga vivo, yo no me fiaría mucho de sus testimonios.

Y entretanto, yo seguía con mi twitter. Y llegaban retweets de un tal @jordipc que al parecer, lo único que hace es estar en su casa con una conexión a internet y una parabólica muy grande, con la que sigue las retransmisiones por satélite de todos los canales árabes y los de noticias internacionales. Y pasó lo que tenía que pasar: mientras que los enviados (y sobre todo, enviadas) internacionales de todos los medios únicamente contaban lo que pasaba dentro de su hotel, a través de twitter llegaban disparadas las posiciones oficiales de los países de la unión europea, vídeos de youtube de represiones de manifestaciones, noticias de disparos informados por Al Yazeera, y en general, mucha mejor información, y por supuesto, casi inmediata.

"Ya te estás alargando", me dirás, respetado Kunin, y probablemente acertarás como sueles hacer, así que trataré de abreviar. El momento cúspide llegó la noche que se aprobó la resolución del consejo de seguridad de la ONU. Aquella noche me encontraba en la tranquilidad de mi casa cuando, de nuevo a través de twitter, la noticia llegó instantánea, clara, y contra mi pronóstico, puesto que tras la oposición previa de Rusia y China, no la esperaba. Inmediatamente conecté la televisión para tratar de ampliar la información: esperaba yo el acerado análisis de periodistas de prestigio, y los sobrados comentarios de los tertulianos "todoexpertos" habituales. Pero dada la avanzada hora, tras dar dos vueltas a toda la tdt, canales de noticias incluidos, me encontré con... nada. En la tele, no había reflejo alguno de la trascendente decisión que se acababa de tomar. No fue hasta el día siguiente cuando los tertulianos radiofónicos de la mañana entraron al análisis, y finalmente cuando la noticia llegó a la televisión, se centró en reflejar las manifestaciones de nuestros políticos sobre la resolución de la ONU... como si importaran algo.

Así pues, y aquí, reverenciado Kunin, concluyo. En esta encrucijada entre la televisión y lo digital me encuentro. La voz que predica el cambio es @trecet, al que definiría como "periodista expulsado", un nuevo San Juan Evangelista que clama en el desierto de internet, y somos unos cuantos miles los que recogemos su mensaje. Nos cuenta cómo los telediarios tratan de vivir de la emisión de nuevos vídeos de la catástrofe de Japón, cuando son vídeos que has visto hace horas en internet. He visto también cómo los análisis hechos por "expertos nucleares" en televisión (el frikazo que sacaron en antena 3, con aquello de "nosotros los científicos" y "esto es lo que le pasa a los hombres por jugar con la naturaleza" fue antológico) son menos profundos que los realizado por blogueros particulares.

¿Qué debo hacer? ¿Seguir informándome mediante telediarios y canales de 24 horas, presentados por sus guapos aspirantes a periodistas que normalmente no van más allá de leer el teleprompter? ¿O pasarme al lado oscuro del twitter, donde individuos particulares a menudo sin referencias, sin formación conocida, incluso tal vez sin fuentes, proporcionan información inmediata y multimedia?

jueves, 21 de abril de 2011

Lágrimas de nazareno


Querido Richard:

¡Cómo está la peña! Tú sabes que lo digo con todo respeto, pero no entiendo la actitud de los devotos de las procesiones. ¡La gente llora porque llueve! Vale que la semana santa sólo sucede una vez al año, pero ya lo dice el refrán: "En abril, aguas mil". ¿Por qué no buscaron otra fecha para semana santa? Seguro que si se celebrara en agosto no pasaban estas cosas.

¡Pero la gente está muy mal, Richard! Con todo respeto lo digo, pero no se puede llorar por cuatro gotas de lluvia. Que no puedan salir las procesiones tampoco es ninguna tragedia. ¡Pero si tú sabes que toda la vida se han sacado los santos en procesión en tiempos de sequía! Antes se iba en procesión a pedir que lloviera y ahora se pide que no llueva para poder ir en procesión. ¿Tú entiendes algo? ¡Pero si hasta una reportera de un informativo de una cadena privada repitió dos veces "Maldita lluvia" en su crónica desde una ciudad andaluza!

¡Que sí, Richard, que a la peña se le va la olla! Ya es sabido que nunca llueve a gusto de todos, pero no entiendo a la gente que llora porque llueve. Pero no vayas a creer que sólo lloraban las mujeres. ¡Que no, que había también tíos llorando! ¡Vamos, hombre! ¡Menudos mariquitas! ¿Acaso no saben que la Santa Madre Iglesia no acoge en su seno a este tipo de individuos?

No me malinterpretes, Richard, que yo soy muy respetuoso con las costumbres y las tradiciones, pero es que no soporto ver a un tío hecho y derecho llorar porque caen cuatro gotas. A mí también hay veces que me fastidia que llueva, claro está. Ayer, sin ir más lejos, no pude ir a jugar a pádel porque cayó un buen chaparrón. Y me jodió bastante, pero no lloré. ¡Hombre...!