Querido Richard:
¿Has presentado ya tu declaración de la renta? Imagino que sí; sé que no te gusta dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, y a la hora de pagar tus impuestos cumples como el ciudadano ejemplar que eres. He de confesarte que yo aún no la he presentado, a pesar de haber recibido mi borrador con todos los datos correctos y tener derecho a una devolución. Te preguntarás cuál es el motivo de mi demora en presentarla. Resulta que he visto la publicidad de la Iglesia por el 0,7% de la asignación tributaria y me han entrado mis dudas.
Tal vez te parezca que la casilla de la asignación tributaria en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se remonta a tiempos ancestrales. En realidad, dicha casilla apareció en el año 1988, y el importe de la asignación era menor que el actual (un 0,5%). Se abría así un período transitorio al final del cual la Iglesia católica recibiría del Estado únicamente el importe de dicha asignación tributaria. Hasta el final de ese período (2008), el Estado complementaba el importe de la asignación hasta alcanzar el importe previamente acordado. Finalmente, a partir del 2008 el Estado aporta solamente el importe de la asignación tributaria, que en la actualidad es del 0,7%.
La Iglesia, desde hace algunos años, lanza campañas publicitarias durante la campaña de renta para animar al contribuyente a marcar la casilla de la asignación tributaria. La campaña de este año, llamada Xtantos, cuenta con spots publicitarios en televisión, radio y prensa. Además, la Conferencia Espiscopal ha editado un periódico llamado precisamente Xtantos, en el que se puede apreciar el empeño de la Iglesia en atraer a un público joven. Ya el nombre de la campaña, Xtantos (Por tantos), parece destinado a un público acostumbrado a los mensajes SMS. También el uso del tuteo ("No te costará más, no te devolverán menos") parece tener la misma intención.
Me parece interesante resaltar ciertas afirmaciones que se realizan en esta campaña publicitaria con las que no estoy totalmente de acuerdo. En el periódico Xtantos podemos leer: "Cuando hace ya un cuarto de siglo entró en funcionamiento el sistema de la asignación tributaria, se eligió expresamente por una fórmula que no fuera ni supusiera en modo alguno un nuevo impuesto para el contribuyente. Se trataba entonces y se sigue tratando ahora de hacer efectivo el derecho a la libertad religiosa con todas sus consecuencias". Ciertamente, el sistema de la asignación tributaria no supone un nuevo impuesto; supone simplemente definir qué cantidad de nuestros impuestos destinará el Estado a la Iglesia si marcamos la casilla. En cambio, decir que se trata de hacer efectivo el derecho a la libertad religiosa no me parece muy acertado, pues la única religión que tiene derecho a una parte de nuestros impuestos es la católica.
"Este sistema, esta fórmula, no va contra nadie, ni contra nada. No va contra los bolsillos de los contribuyentes que signen la X en el casillero correspondiente de la Iglesia católica". Me parece una verdad a medias. Si se eliminara la asignación tributaria, el Estado podría rebajar la tarifa del IRPF para recaudar el mismo dinero.
Las declaraciones de algunos religiosos en la presentación de la campaña tampoco tienen desperdicio. El obispo de Ciudad Real, por ejemplo, se hace esta pregunta: "¿Qué se haría en este país si no hubiera primera comunión?". Me imagino que el obispo pensará que habría una hecatombe, aunque a mí no me parezca tan grave. Es más, pienso que en este país podría haber primera comunión sin necesidad de asignación tributaria. Bastaría con que los padres que quiseran que sus hijos hiciesen la primera comunión la financiaran ellos mismos, en vez de financiarla con los impuestos de todos. También afirma el obispo que muchos padres que no van a misa envían a sus hijos a la catequesis "porque no les enseñan nada malo". Un motivo incontestable para marcar la casilla de la iglesia.
Pensarás, amigo Richard, que soy demasiado crítico con este asunto de la asignación tributaria. No creas que es realmente así. Es cierto que no me gusta esta campaña publicitaria, porque me parece un tanto manipuladora, con muchas medias verdades. Pero no me parece que el dinero que destina el Estado a la Iglesia esté peor empleado que el que destina a otros menesteres. Al fin y al cabo, parte del dinero que recibe la Iglesia se emplea en obras de caridad.
Como sabes, también puedes optar por marcar la asignación tributaria para otros fines sociales. En este caso, el Estado destina un 0,7% de nuestro impuesto a fines "solidarios", que es la forma laica de denominar a la caridad. La mayoría de ese dinero se destina así a ONG's (ya sabes, esas organizaciones independientes de la administración pública).
En conclusión, el Estado financia a la Iglesia con una parte de nuestro IRPF, haciéndonos creer que esta financiación no nos cuesta nada porque no pagamos más ni nos devuelven menos, dándonos además la oportunidad de realizar fines sociales también sin coste alguno. ¿Alguien da más por menos?
¿Has presentado ya tu declaración de la renta? Imagino que sí; sé que no te gusta dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, y a la hora de pagar tus impuestos cumples como el ciudadano ejemplar que eres. He de confesarte que yo aún no la he presentado, a pesar de haber recibido mi borrador con todos los datos correctos y tener derecho a una devolución. Te preguntarás cuál es el motivo de mi demora en presentarla. Resulta que he visto la publicidad de la Iglesia por el 0,7% de la asignación tributaria y me han entrado mis dudas.
Tal vez te parezca que la casilla de la asignación tributaria en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se remonta a tiempos ancestrales. En realidad, dicha casilla apareció en el año 1988, y el importe de la asignación era menor que el actual (un 0,5%). Se abría así un período transitorio al final del cual la Iglesia católica recibiría del Estado únicamente el importe de dicha asignación tributaria. Hasta el final de ese período (2008), el Estado complementaba el importe de la asignación hasta alcanzar el importe previamente acordado. Finalmente, a partir del 2008 el Estado aporta solamente el importe de la asignación tributaria, que en la actualidad es del 0,7%.
La Iglesia, desde hace algunos años, lanza campañas publicitarias durante la campaña de renta para animar al contribuyente a marcar la casilla de la asignación tributaria. La campaña de este año, llamada Xtantos, cuenta con spots publicitarios en televisión, radio y prensa. Además, la Conferencia Espiscopal ha editado un periódico llamado precisamente Xtantos, en el que se puede apreciar el empeño de la Iglesia en atraer a un público joven. Ya el nombre de la campaña, Xtantos (Por tantos), parece destinado a un público acostumbrado a los mensajes SMS. También el uso del tuteo ("No te costará más, no te devolverán menos") parece tener la misma intención.
Me parece interesante resaltar ciertas afirmaciones que se realizan en esta campaña publicitaria con las que no estoy totalmente de acuerdo. En el periódico Xtantos podemos leer: "Cuando hace ya un cuarto de siglo entró en funcionamiento el sistema de la asignación tributaria, se eligió expresamente por una fórmula que no fuera ni supusiera en modo alguno un nuevo impuesto para el contribuyente. Se trataba entonces y se sigue tratando ahora de hacer efectivo el derecho a la libertad religiosa con todas sus consecuencias". Ciertamente, el sistema de la asignación tributaria no supone un nuevo impuesto; supone simplemente definir qué cantidad de nuestros impuestos destinará el Estado a la Iglesia si marcamos la casilla. En cambio, decir que se trata de hacer efectivo el derecho a la libertad religiosa no me parece muy acertado, pues la única religión que tiene derecho a una parte de nuestros impuestos es la católica.
"Este sistema, esta fórmula, no va contra nadie, ni contra nada. No va contra los bolsillos de los contribuyentes que signen la X en el casillero correspondiente de la Iglesia católica". Me parece una verdad a medias. Si se eliminara la asignación tributaria, el Estado podría rebajar la tarifa del IRPF para recaudar el mismo dinero.
Las declaraciones de algunos religiosos en la presentación de la campaña tampoco tienen desperdicio. El obispo de Ciudad Real, por ejemplo, se hace esta pregunta: "¿Qué se haría en este país si no hubiera primera comunión?". Me imagino que el obispo pensará que habría una hecatombe, aunque a mí no me parezca tan grave. Es más, pienso que en este país podría haber primera comunión sin necesidad de asignación tributaria. Bastaría con que los padres que quiseran que sus hijos hiciesen la primera comunión la financiaran ellos mismos, en vez de financiarla con los impuestos de todos. También afirma el obispo que muchos padres que no van a misa envían a sus hijos a la catequesis "porque no les enseñan nada malo". Un motivo incontestable para marcar la casilla de la iglesia.
Pensarás, amigo Richard, que soy demasiado crítico con este asunto de la asignación tributaria. No creas que es realmente así. Es cierto que no me gusta esta campaña publicitaria, porque me parece un tanto manipuladora, con muchas medias verdades. Pero no me parece que el dinero que destina el Estado a la Iglesia esté peor empleado que el que destina a otros menesteres. Al fin y al cabo, parte del dinero que recibe la Iglesia se emplea en obras de caridad.
Como sabes, también puedes optar por marcar la asignación tributaria para otros fines sociales. En este caso, el Estado destina un 0,7% de nuestro impuesto a fines "solidarios", que es la forma laica de denominar a la caridad. La mayoría de ese dinero se destina así a ONG's (ya sabes, esas organizaciones independientes de la administración pública).
En conclusión, el Estado financia a la Iglesia con una parte de nuestro IRPF, haciéndonos creer que esta financiación no nos cuesta nada porque no pagamos más ni nos devuelven menos, dándonos además la oportunidad de realizar fines sociales también sin coste alguno. ¿Alguien da más por menos?